La excesiva condensación es uno de los efectos secundarios más molestos del clima invernal. En un entorno cerrado, el vapor desencadena la condensación. Así, el vapor de la ducha que empaña el espejo del baño también puede extenderse por toda la casa. Incluso cuando se mantiene una temperatura interior cálida, los cristales de las ventanas suelen ser las superficies más frías de cualquier habitación, ya que el cristal (vidrio) está en contacto directo con el aire exterior. A diferencia de las paredes, que tienen paneles interiores y exteriores separados por cavidades llenas de aislamiento, los cristales de las ventanas son la característica más vulnerable cuando se trata de temperaturas exteriores.
En determinadas circunstancias, la condensación en las ventanas puede indicar su calidad.
La presencia de condensación en el interior de las ventanas de casa puede eliminarse generalmente con una o varias de las siguientes medidas:
- Utiliza absorbentes de humedad: Para reducir la cantidad de humedad que viaja por el aire, coloca bolsas desecantes junto a tus ventanas y espejos. Si se colocan en los cajones y el armario, los desecantes también pueden proteger la ropa de la humedad. Hay muchos compuestos higroscópicos que pueden actuar como absorbentes de la humedad
- Comprar un deshumidificador: Si el lugar donde vives y tu hogar son especialmente húmedos, considera invertir en un deshumidificador. Existen diferentes tipos de deshumificadores. Para climas más fríos los desencantes pueden ser una mejor opción, también son más silenciosos. Los hay de muchos tamaños, elige el que mejor se adapte a tus necesidades.
- Apaga tu humidificador: Si en tu hogar usas normalmente un humificador, considera la posibilidad de desactivarlo en los días fríos en los que las ventanas son propensas a la condensación. El vaho que se libera en el aire puede empañar las ventanas en los días fríos.
- Utiliza ventiladores: Cada vez que cocines o te bañes o duches con agua caliente, enciende los ventiladores correspondientes a esas actividades. El ventilador de tu cuarto de baño puede ayudar a minimizar la condensación en el espejo y evitar la propagación del vapor, eliminando así la acumulación de vaho en tus ventanas. Mantén también la puerta del baño cerrada siempre que te duches.
- Airee la casa: Si las temperaturas exteriores no son demasiado frías, abre las ventanas o puertas durante unos minutos para liberar el aire interior húmedo.
- Sube la calefacción: Si el aire dentro de tus zonas habitadas se eleva a temperaturas primaverales, podría reducir la posibilidad de condensación en tus ventanas, especialmente si la fuente de calor se encuentra cerca de las ventanas.
- Mueve tus plantas: Cualquier planta dentro de tu casa es una fuente de vapor. Si normalmente colocas las plantas a lo largo de las repisas de las ventanas, trasládalas a otras zonas de tu vivienda durante los meses más fríos. No riegues en exceso tus plantas, ya que esto intensificará el contenido de vapor del aire en tus habitaciones.
- Cambia tus ventanas a doble vidrio: A pesar de ser una característica común en las casas construidas en los últimos 15 años, las ventanas de doble vidrio son menos frecuentes en las casas más antiguas. Si no lo ha hecho aún, considera la posibilidad de cambiar las ventanas de un solo cristal por las de doble. Aún teniendo doble vidrio, si ve que se forma condensación entre los paneles, también es momento de cambiar las ventanas. En todo caso, siempre es importante tener unas ventanas de calidad. Además del aislamiento térmico, tenga en cuenta el aislamiento acústico y la radiación solar. En hogares con ventanas orientadas al norte también contamos con vidrios triples para una mayor protección frente al clima.